Las civilizaciones antiguas usaban pulseras o brazaletes en sus muñecas porque creían que los metales tenían relación con los astros e influían en los ciclos vitales del hombre.

Esta costumbre de adornarse con elementos decorativos, proviene desde los tiempos más remotos y en general, el lugar de uso del adorno coincidía con los hoy conocidos puntos de circulación de los meridianos energéticos del cuerpo humano. 

Uniendo ancestrales tradiciones con técnicas modernas nació el REGULADOR BIOELECTROMAGNETICO, BIO-RAY cuya primera patente y   marca se estableció en 1977.

Ya en 1984 se mejoró la composición y tecnología de fabricación, dando lugar a una segunda patente.

 

Posteriormente en 1988 BIO-RAY, S.A., creó la tercera patente que mejoraba sensiblemente la composición de los metales y procesos de electropolarización, dando como resultado un nuevo modelo de pulsera mucho más confortable y anatómico en su diseño, al tiempo que desarrolló la marca BIO-RAY.

Los resultados de todo este laborioso esfuerzo, impulsaron su desarrollo hasta el punto que desde el año 1985  hasta la actualidad las pulseras BIO-RAY  han adquirido el reconocimiento internacional.

 

Ninguno de nuestros imitadores que diga ser el original, podrá presentar un registro anterior a los nuestros. BIO-RAY, marca y modelo están debidamente registrados y protegidos en gran parte del mundo.